sexta-feira, 27 de agosto de 2021

Um texto de Arturo Perez Reverte

 

Um texto de Arturo Perez Reverte

Enviado por Henrique Salles da Fonseca. Todos sentimos isso, a “guerra santa” ditada por fanatismos sintomáticos de atraso, estupidez, maldade, num mundo que a ganância, por seu turno, comanda, tornando-o cobardemente indiferente – se não regaladamente e intimamente cúmplice - a tais espectáculos de horror praticados por feras em forma de gente. Sim, fazemos parte da idiotia geral, quando pareceria simples liquidar isso. Mas há quem assim se reveja, como muitos informam.



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É A GUERRA SANTA, IDIOTAS!

 HENRIQUE SALLES DA FONSECA

A BEM DA NAÇÃO, 30.08.21

Um texto magistral do que para mim é o maior escritor espanhol vivo: Arturo Perez Reverte.

Não há comentários a fazer. Está lá tudo. É a voz da razão, da clarividência, do bom senso e da coragem. Pena que não existam muitos outros como ele.

Por C

Es la guerra santa, idiotas

Pinchos morunos y cerveza. A la sombra de la antigua muralla de Melilla, mi interlocutor -treinta años de cómplice amistad- se recuesta en la silla y sonríe, amargo. «No se dan cuenta, esos idiotas -dice-. Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no se dan cuenta». Mi amigo sabe de qué habla, pues desde hace mucho es soldado en esa guerra. Soldado anónimo, sin uniforme. De los que a menudo tuvieron que dormir con una pistola debajo de la almohada. «Es una guerra -insiste metiendo el bigote en la espuma de la cerveza-. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo».

Mientras escucho, pienso en el enemigo. Y no necesito forzar la imaginación, pues durante parte de mi vida habité ese territorio. Costumbres, métodos, manera de ejercer la violencia. Todo me es familiar. Todo se repite, como se repite la Historia desde los tiempos de los turcos, Constantinopla y las Cruzadas. Incluso desde las Termópilas. Como se repitió en aquel Irán, donde los incautos de allí y los imbéciles de aquí aplaudían la caída del Sha y la llegada del libertador Jomeini y sus ayatollás. Como se repitió en el babeo indiscriminado ante las diversas primaveras árabes, que al final -sorpresa para los idiotas profesionales- resultaron ser preludios de muy negros inviernos. Inviernos que son de esperar, por otra parte, cuando las palabras libertad y democracia, conceptos occidentales que nuestra ignorancia nos hace creer exportables en frío, por las buenas, fiadas a la bondad del corazón humano, acaban siendo administradas por curas, imanes, sacerdotes o como queramos llamarlos, fanáticos con turbante o sin él, que tarde o temprano hacen verdad de nuevo, entre sus también fanáticos feligreses, lo que escribió el barón Holbach en el siglo XVIII: «Cuando los hombres creen no temer más que a su dios, no se detienen en general ante nada».

Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí. Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles. Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta». Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Ponerte falda corta sin que te llamen puta. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación, y los cojones, ellos y ellas, muy puestos en su sitio. Dar mala imagen en Youtube les importa un rábano: al contrario, es otra arma en su guerra. Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Para un Islam que podría ser pacífico y liberal, que a menudo lo desea, pero que nunca puede lograrlo del todo, atrapado en sus propias contradicciones socioteológicas. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa gilipollez. Es un suicidio. Vean Internet, insisto, y díganme qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.

 

NOTAS DA INTERNET:

Arturo Pérez-Reverte

Escritor e jornalista espanhol, Arturo Pérez-Reverte nasceu a 24 de novembro de 1951 na cidade portuária de Cartagena. Filho de um oficial da marinha mercante, teve acesso desde muito cedo à biblioteca do avô, composta por cerca de cinco mil volumes. Assim sendo, passou o período da sua vida compreendido entre os nove e os quinze anos de idade completamente absorto na leitura dos grandes clássicos da literatura de viagem. Não obstante a sua crescente erudição, a sua escolaridade ficou marcada por uma expulsão, em consequência de ter agredido um padre. A partir da década de 70 trabalhou durante algum tempo a bordo de petroleiros, passando depois ao jornalismo, enviado pelo diário El Pueblo como repórter de guerra a diversos países africanos. A sua destemida prestação garantiu-lhe o mesmo cargo, ao serviço da TVE, a emissora de televisão estatal espanhola, para a qual descreveu os acontecimentos de muitas zonas de conflito, sobretudo na Bósnia.
Arturo Pérez-Reverte estreou-se como romancista em 1986 com a publicação de El Hussar, obra que passou despercebida aos olhos da crítica e do público em geral, e que foi seguida por El Maestro de Esgrima (1988, O mestre de esgrima). Conseguiu, no entanto, consagrar-se como escritor em 1990, ao dar ao prelo La Tabla de Flandres (A Tábua de Flandres), romance que constituiu um sucesso de vendas absoluto e que mereceu o Grande Prémio francês para a categoria de Romance Policial. No ano de 1993 publicou El Club Dumas (O Clube Dumas ou a sombra de Richelieu), que se veio a tornar no seu trabalho mais célebre, e no qual o realizador norte-americano Roman Polanski se inspirou para a feitura do filme The Ninth Gate, estreado em 1999, e que contava com a presença de Johnny Depp no papel principal. Depois de La Sombra del Aguila (1993), Pérez-Reverte publicou, entre alguns volumes protagonizados pelo Capitão Alatriste, e que foram considerados pela crítica como exemplos de literatura ligeira, o romance La Piel del Tambor 1995, A Pele do Tambor), trabalho galardoado com o Prémio Jean Monnet para a Literatura Europeia. Após o aparecimento de narrativas como Limpieza de Sangre (1997) e Patente de Corso (1998), Arturo Pérez-Reverte tornou a despertar a atenção dos meios literários, ao publicar La Carta Esferica (2000). Escrito em apenas uma semana, o romance reflecte a grande sedução que o mar e a vela sempre despertaram no autor. Conta a história de um marinheiro que é interdito de trabalhar a bordo durante dois anos, e que resolve embarcar numa aventura em busca dos mistérios de um naufrágio ocorrido no século XVIII. Considerado por muitos como o seu trabalho mais importante, foi vencedor do Prémio Mediterranée para a Literatura Estrangeira. Arturo Pérez-Reverte foi eleito membro da Real Academia Espanhola no ano de 2003.

COMENTÁRIO:

Anónimo, 31.08.2021: Muito lúcido este Artigo. Deveria ser publicado em jornal de grande tiragem. Parabéns pelo conteúdo e pela oportunidade.

 

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